Llamadas también “cámaras de frío o cuartos fríos”, las cámaras de refrigeración son ambientes con aislamiento térmico usados para almacenar productos que requieran una temperatura controlada logrados mediante un sistema de refrigeración. Su principal aplicación es para la conservación de alimentos, productos farmacéuticos, entre otros. En Friopacking te explicaremos cómo funcionan y cuán importantes son para la industria nacional.
¿Cómo funciona la cámara de refrigeración?
Estos equipos funcionan gracias a un sistema de refrigeración integrado que absorbe todo el calor del lugar para liberarlo en el exterior. Hay dos tipos de presiones en el ciclo básico de refrigeración por compresión: la de evaporación o de baja presión y la de condensación o de alta presión. En ambas, el refrigerante actúa como medio de transporte para mover el calor del evaporador al condensador, donde es despedido a la atmósfera o al agua de enfriamiento, en el caso de sistemas enfriados por agua. Un cambio de estado líquido a vapor y viceversa, permite al refrigerante absorber y descargar grandes cantidades de calor de forma eficiente.
Tipos de cámara de refrigeración
Se tiene que dejar algo en claro: existe una gran variedad de tipos de cámaras frigoríficas para cubrir las necesidades específicas de cada cliente y rubro que las requiera. Son, pues, diseñadas para favorecer procesos de conservación a temperaturas variables. De esta manera, se propiciarán espacios controlados en el interior, aunque de entre todos son dos los que más destacan en el mercado peruano:
- Cámaras de conservación. También se les conoce como cámaras de temperatura positiva. Este tipo de espacios cuentan con temperaturas entre los 0° y 10°, por lo que son utilizadas para la conservación de alimentos frescos, frutas y verduras, ayudando a mantener la humedad necesaria en los mismos. Ofrece grandes utilidades a diferentes negocios de hostelería, almacenes y bebidas.
- Cámaras congeladoras. Llamadas también cámaras de temperatura negativa, cuentan con un rango promedio de temperaturas entre los -18°C y -32°C. Son diseñadas con revestimientos que favorecen a la conservación de la temperatura para congelar los productos que allí se coloquen. Resultan muy convenientes para la conservación de material orgánico, entre otros.
Para finalizar, todas las cámaras de refrigeración responderán ante una necesidad industrial con el fin de prolongar la vida de los alimentos que almacenen, evitar que los fármacos se echen a perder. El rubro de carnes, pescados, lácteos, frutas y verduras son los que más hacen uso de ellas, favoreciendo así que los productos lleguen a manos del usuario final (que, en este caso, son los clientes).
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